Los sellos de telégrafos de España forman parte del patrimonio histórico y postal del país, y estuvieron vinculados al servicio de comunicaciones telegráficas. Su finalidad principal era el pago de las tarifas correspondientes al envío de telegramas, un medio de comunicación rápida y segura que tuvo gran importancia antes de la expansión del teléfono y otras tecnologías modernas.

El uso de estos sellos comenzó en el siglo XIX, cuando el telégrafo se convirtió en una herramienta esencial para la administración pública, el comercio y las comunicaciones personales. Emitidos por la Administración de Telégrafos, estos sellos se diferenciaban de los postales tanto por su diseño como por su función, aunque en algunos periodos llegaron a coexistir o incluso a combinarse con los sellos de correos.

Los sellos telegráficos destacan por la calidad de su grabado y por representar emblemas nacionales, valores monetarios y símbolos relacionados con las comunicaciones. En la actualidad, su estudio resulta de gran interés para los coleccionistas y especialistas en historia postal, ya que ofrecen una visión detallada de la evolución de las telecomunicaciones en España.