El período comprendido entre 1936 y 1950, correspondiente a la etapa del Estado Español bajo el mando de Francisco Franco, representa un capítulo singular en la historia postal de España. Durante la Guerra Civil, el bando nacional comenzó a emitir sus propios sellos, que se utilizaron en los territorios bajo su control y que coexistieron con las emisiones republicanas. Estas primeras piezas suelen caracterizarse por su diversidad de diseños y condiciones de impresión, reflejando un contexto histórico complejo.

Tras el final del conflicto en 1939, se unificó el sistema postal. Los sellos emitidos en los años 40 adoptaron una iconografía oficial centrada en símbolos nacionales, emblemas institucionales y retratos de Francisco Franco, con un estilo sobrio y marcadamente representativo del nuevo Estado.

Durante esta etapa también se introdujeron emisiones conmemorativas, destinadas a resaltar fechas históricas y valores promovidos por el nuevo régimen. La calidad de impresión mejoró progresivamente, y se consolidó una estética característica que perduraría durante años.

Los sellos de este período permiten comprender la evolución de la imagen institucional de España en la posguerra y la manera en que el poder político utilizó el correo como medio de representación oficial.