Los sellos dentados de Isabel II constituyen una de las etapas más relevantes y atractivas de la filatelia clásica española. Tras las primeras emisiones no dentadas de 1850 a 1864, la introducción del dentado en 1864 marcó un hito técnico en la producción de sellos postales en España, siguiendo la innovación ya adoptada por otros países europeos. El sistema de perforación, utilizado para facilitar la separación de los sellos, dio lugar a numerosas variantes que hoy son objeto de estudio detallado por los coleccionistas y especialistas.

Las emisiones dentadas de Isabel II (1864–1868) se caracterizan por sus variaciones de dentado, tonalidades de color, tipos de papel y diferencias de impresión, factores que influyen directamente en su catalogación y valoración filatélica. Entre ellas destacan los sellos con dentado 14 y 12, con notables diferencias de rareza y conservación. Además, su análisis permite apreciar el desarrollo de las técnicas de impresión en la Fábrica Nacional del Sello y la evolución del grabado del retrato real.