La emisión de sellos postales durante el reinado de Isabel II (1833–1868) constituye uno de los capítulos más importantes y apreciados de la filatelia española. En esta etapa se introdujeron los primeros sellos de España, marcando el inicio de un sistema postal moderno y organizado.

Los sellos de Isabel II sin dentar, emitidos entre 1850 y 1864, constituyen las primeras emisiones postales del Reino de España y se caracterizan por carecer de perforaciones, lo que obligaba a su corte manual con tijeras o cuchillas, dando lugar a ejemplares con márgenes irregulares, aspecto que hoy influye notablemente en su valoración.

Durante este periodo se realizaron múltiples emisiones con diferentes valores faciales, colores y tipos de papel, todas ellas con la efigie de la reina Isabel II, reproducida mediante grabado en hueco o litografía según la serie. El 1 de enero de 1850 se puso en circulación el primer sello español, con un valor de 6 cuartos y la efigie de la joven reina en perfil, inspirado en modelos clásicos europeos. Esta primera emisión de 1850, en negro sobre papel blanco, es especialmente emblemática y marca el inicio del correo moderno en España.

Para los coleccionistas, las emisiones de Isabel II representan una etapa dorada del coleccionismo clásico, por su variedad, rareza y belleza artística. Además, constituyen un valioso testimonio histórico que conecta la monarquía, la administración postal y la sociedad española de mediados del siglo XIX.